Grasa de la buena

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Tejido adiposo marrón (en negro) tal como aparece en un PET-CT scan realizado en condiciones de frío (derecha) o a temperatura ambiente (izquierda).

Recuerdo bien la historia de la «grasa parda» de los libros de texto de Bioquímica.  Para los que no hayan tenido el placer de cursar esta asignatura, valga este pequeño resumen. En los mamíferos existen dos tipos básicos de tejido adiposo, el blanco (normal) y el marrón. La diferencia fundamental está en que el primero simplemente acumula grasas y el segundo las quema para producir calor. Las células del tejido marrón, además de acumular grasa, tienen una gran abundancia de mitocondrias que funcionan a modo de pequeñas estufas. En el metabolismo normal, la oxidación delas grasas permite obtener energía química en forma de ATP, pero en este tejido existe una proteína llamada «termogenina» que desacopla la producción de ATP con oxidación. El resultado es que las grasas se «queman sin más» y la energía acaba convirtiéndose en calor, lo cual es precisamente la función de este tejido.

Según los libros, esta especie de «manta térmica» está presente en los bebés humanos y en algunas especies de mamíferos en estado adulto, pero -categóricamente- no en los humanos adultos. Esta actividad parece ser importante para supervivencia de los mamíferos recién nacidos, muchos de los cuales carecen de pelo. Al parecer, los osos polares adultos emplean este sistema para sobrevivir en el Ártico en vez de hibernar.

Pues bien, parece que habrá que cambiar todos los libros de texto, de acuerdo con un artículo publicado en abril en el New England Journal of Medicine (el resumen aquí).

En estudios previos se habían examinado los escáner (PET-CT) de unos 2000 individuos, por razones que nada tenían que ver con la grasa parda, pero encontraron que este tejido estaba presente en un pequeño porcentaje de los pacientes. Sin embargo, la forma habitual de realizar estas pruebas hacía invisible la grasa parda; básicamente, ésta no se ve a temperatura ambiente (22º C), pero es claramente visible a temperatura algo menor (16º), tal como se aprecia en la foto adjunta.

Cuando se realizó el experimento en las condiciones apropiadas, en la mayoría de los individuos apareció grasa parda. Lo importante, sin embargo, es que la cantidad y actividad de este tejido estaba negativamente relacionado con la obesidad. O sea, a mayor cantidad de tejido adiposo normal menor cantidad del pardo. Este hallazgo abre nuevas preguntas. Es posible que la grasa parda, al ser un quemador de calorías, ayude a los individuos delgados a mantener su peso. alternativamente, también es posible que en individuos obesos el aislamiento térmico que proporciona el tejido adiposo normal sea suficiente, por lo que el marrón se atrofiaría.

Las aplicaciones prácticas están todavía bastante lejos, pero tal vez algún día sea posible estimular la actividad del tejido marrón. Así, bastaría poner el aire acondicionado a tope para mantenerse delgado ¡vaya chollo!

4 comentarios en “Grasa de la buena

  1. Muy interesante… quizá tenga que ver con la dieta en edades tempranas… o quizá Mc Donalds hace las hamburguesas con niños recien nacidos… y como antes no habia Mc Donalds…

    Un saludo

  2. Que pena que para leer el artículo completo haya que estar registrado. Siempre es muy interesante descubrir alguna propiedad nueva en el organismo.

    De todas formas, es una pena que todos estos descubrimientos acerca de formas de quemar grasas, que pueden servir a gente con problemas patológicos, acaben sirviendo de autocomplacencia para la gente que no se cuida y que comer mal simplemente significa engordar y comer bien simplemente significa adelgazar.
    Vamos, lo típico que escuchas en lso anuncios tipo: «ahora puedes comer todo lo que quieras».

  3. Pues muy interesante la información, precisamente hace poco estudié esto de la grasa parda, pero ya he corregido la información almacenada jeje

    Un saludo

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