El efecto Genghis-Khan

La historia de Moulay Ismail, apodado “el sanguinario”, se ha convertido en un clásico indiscutible en los libros de Psicología Evolucionista. Este sultán de Marruecos del siglo XVII ha pasado a la Historia (y lo que es más importante, al Libro Guiness) por haber dejado un total de 888 descendientes, de sus numerosas esposas y concubinas. Los científicos suelen citar este caso para ejemplificar las grandes diferencias en el éxito reproductivo en distintos individuos (hombres).

Desde luego, da bastante grima que un tipo apodado “el sanguinario” haya dejado una ración tan generosa de sus genes para generaciones sucesivas. Sin embargo, esta historia es sólo un ejemplo. No nos dice hasta qué punto este efecto (el extraordinario éxito reproductivo de unos pocos hombres) ha influido en la estructura genética de la población presente. No obstante, hace unos años un equipo de investigadores hizo un descubriendo sorprendente: es muy posible que un 0.5% de la población actual (la friolera de 30 millones de personas) sean descendientes directos de un sólo varón, que vivió hace unos mil años. Lo más increíble es que posiblemente ese individuo fuera el propio Genghis-Khan o un antepasado cercano.

En el siglo XIII Genghis-Khan conquistó un imperio – a sangre y fuego- que se extendía desde el Pacífico hasta el Caspio, ocupando buena parte de las actuales China y Rusia. La ley que imperaba en sus tierras era tan tajante que, según la leyenda, “una doncella cargada de oro podía recorrerlas sin temor”. A su muerte, sus seguidores lo enterraron en algún lugar de Mongolia. Su tumba no ha sido encontrada.

Varios siglos después, un equipo de investigadores liderado por Chris Tyler- Smith se propuso estudiar el cromosoma Y en individuos procedentes de Eurasia (Zerjal et al., 2003). Observaron que un tipo particular de cromosoma Y (o pequeñas variaciones del mismo) era muy abundante. Lo más extraño es que dicho cromosoma aparecía en muchas poblaciones diferentes y no en una sola como cabría esperar. Este tipo era extraordinariamente abundante en Mongolia, donde nada menos que el 25% de los hombres analizados eran portadores del mismo (o de pequeñas variaciones). Todas las poblaciones –menos una- estaban dentro de los límites del antiguo imperio mongol. Curiosamente, la única excepción provenía de los Hazara, una etnia de Afganistán que se considera a sí misma descendiente de guerreros mongoles.

Los científicos creen que este cromosoma Y corresponde a la Familia Real mongola, cuyo ascenso coincide bien con la fecha estimada de unos mil años. La explicación más fácil de estos resultados es que el propio Genghis-Khan y otros miembros masculinos de su familia, enviados como gobernadores, engendraran un número ingente de hijos (privilegios del poder). A menos que se descubra la tumba del conquistador no podemos estar totalmente seguros, pero es una hipótesis sumamente probable.

Estoy convencido de que futuras investigaciones pondrán de relieve la extraordinaria influencia genética que han tenido otros guerreros históricos en la población actual. Reconocer este hecho no equivale a aprobarlo. De hecho, me parece fatal que los tipos más violentos y sanguinarios hayan tenido tanto éxito reproductivo. Pero así han sido las cosas. Y creo que es mejor tenerlo en cuenta para evitar males futuros. No es impensable que si desaparecen los condicionamientos sociales habituales, digamos en condiciones de guerra o desaparición del estado, nos salga el Genghis-Khan de dentro.

Sin duda, la solución al problema de la violencia es cultural, pero me temo que (sobre todo) los humanos portadores de un cromosoma Y tendremos que trabajar mucho el tema de la no-violencia.

Al loro.

Zerjal, T., Xue, Y., Bertorelle, G., Wells, R.S., Bao, W., Zhu, S., Qamar, R., Ayub, Q., Mohyuddin, A., Fu, S., Li, P., Yuldasheva, N., Ruzibakiev, R., Xu, J., Shu, Q., Du, R., Yang, H., Hurles, M.E., Robinson, E., Gerelsaikhan, T., Dashnyam, B., Mehdi, S.Q., and Tyler-Smith, C. (2003) The genetic legacy of the Mongols. Am J Hum Genet 72: 717-721.


18 comentarios en “El efecto Genghis-Khan

  1. Una noticia muy curiosa, jamás me hubiera imaginado nada así, al menos a tan gran escala. Personalmente también opino que la solución al problema de la violencia es la educación, pero esta información de que pensar.

    Un saludo,

    Pedro.

  2. hola!
    -La cuestión siempre me ha interesado y coincido contigo en que tiene mucha importancia histórica. Supongo que el hecho de que no utilices el término «efecto fundador» significa que no es apropiado para el fenómeno que describes. ¿Por qué?
    -«que los tipos más violentos y sanguinarios hayan tenido tanto éxito reproductivo»
    A lo mejor tipos más pacíficos y amorosos también han tenido mucho éxito reproductivo, pero más «discretamente» y no tenemos crónicas históricas en las que apoyarnos (el éxito de los ojos azules que es una variación surgida en su solo individuo hace relativamente poco tiempo y puede ser un ejemplo). Quizá las dos estrategias permanecen en equilibrio (De Nash 🙂 ).
    -Me recuerda al descubrimiento de Troya. Schliemann pensó tras leer a Homero: «tanto que si las murallas de Troya esto» «tanto que si las murallas de Troya lo otro», «si realmente eran tan altas, anchas, largas y macizas vamos allí a ver que quedó». Lo mismo paso con los genetistas y con las crónicas de la época sobre el harem, y las proezas reproductivas de Gengis Khan.

    Un saludo

  3. Hola a todos,

    Ruso Do Couto, yo creo que el «efecto fundador» es algo diferente. P.e. cuando una población desciende de un número muy pequeño de individuos, los alelos que tienen dichos individuos tienen una gran influencia en estructura genética de la población resultante (con independencia de que los caracteres afecten al «fitness»). En cuanto al otro comentario, es posible que tipos pacíficos tengan mucho éxito reproductivo; ojalá se encuentren datos tan elocuentes como en el caso de la familia de Genghis Khan.

  4. Me interesa la parte sexual de esta noticia. Era Ghengis Khan un atractivo hombre seductor o utilizaba la fuerza? Cómo consiguió copular con tantas mujeres?
    Que era un machote es evidente, me gustaría a mí saber si su éxito reproductivo se debía a sus artes amatorias, a lo sexi del poder o a la brutalidad…
    Quizá con ellas, con la parte fecundada del asunto, era irresistible, de ahí su éxito.

  5. Genial el artículo. Curiosísimo.

    En aquella época ser violento sanquinario y despiadado era una ventaja… hoy día en muchas sociedades esto te lleva a prisión, donde hay poco éxito reproductivo…

    ¿Cuáles serán los valores actuales que aseguran este éxito?

  6. Me gustó mucho su espacio en esta categoría para los premios 20blog de 20minutos.es por ello le doy mi voto y le deseo toda la suerte del mundo, Saludos

  7. Lo del éxito reproductivo de Ghengis Khan, era simple, era bruto, rico, fuerte y daba la sensación de poder proteger a una mujer y a su descendencia. Recordar que todavía seguimos siendo animales y siempre las mujeres se enamoran de los mas chulos.
    Otra cosa, a cerca de que violencia se reduce con la educación, cierto. Muchos estudios pedagógicos desmuestran que el guiar los instintos violentos de un niño hacia otras vías de escape, hacen que este reduzca sus impulsos. Pero si ha nacido con esos genes, de vez en cuando saldrán.

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    Un saludo, y lo dicho, suerte en 20 blogs.

  9. Hola todos,
    Susana, aunque no tengo datos precisos, dudo mucho que Genghis Khan se tomase la molestia de «seducir» a sus mujeres; tampoco creo que las violase (exactamente), ya que ser la esposa o concubina del Khan debía ser un destino comparativamente bueno.
    Oidum, no tengo ni idea de cuáles pueden ser las características que favorezcan el éxito reproductivo en estos tiempos; ¿ser fundamentalista religioso? tal vez.

  10. me parece fatal que los tipos más violentos y sanguinarios hayan tenido tanto éxito reproductivo

    ¡¡Buff!!!
    Recomiendo vivamente este libro para desechar ya esas leyendas urbanas que insisten en juzgar a Genghis como un sanguinario guerrero.

  11. Hola hector1564,
    Sin duda, Temujin y sus sucesores fueron algo más que guerreros, ya que lograron organizar y admistrar un imperio …pero lo de «violentos y sanguinarios» está fuera de toda duda. A parte de los registros históricos, es evidente que los imperios no se conquistan con buenas palabras. No creo que Hulagu, nieto de Genghis Khan, conquistase Bagdad y fulminase al imperio abasida por la fuerza de sus argumentos (de hecho, buena parte de la población civil murió en el sitio de Bagdad). No quiere decir esto que fueran más violentos que otros contemporáneos, tal vez sólo tuvieron más éxito.

  12. Pingback: Exploración espacial. ¿Cosmopolitismo Interracial? « La soledad del excéntrico

  13. Se suele alegar (yo creo que erróneamente) que la selección natural ya no actúa de la misma manera en el hombre moderno.
    Creo que este post es una muestra de lo contrario.
    (Me parece haber leído noticias parecidas respecto a los irlandeses y el porcentaje de ellos que descienden de una familia real de guerreros de irlanda, conservando incluso una parte de los descendientes el apellido Fitz-NoSeQue).
    Un éxito reproductivo tal es impensable en épocas anteriores a la existencia de organización estatal o protoestatal, o sea, en la mayor parte de nuestra historia como bandas de recolectores.
    Coincido con Pablo en que estas no son historias de play-boys seductores, sino historias de hombres con gran poder militar y econímico, incluyendo poder sobre las mujeres (sus familias, más exactamente) y sobre una gran proporción de los recursos de la sociedad.
    Puesto que el número de hijos de las mujeres varía mucho menos, y su variación depende mucho menos del éxito social individual de cada una (aunque sí depende algo, claro) estamos hablando del «reparto» de hijos entre los hombres. Todos los hijos que tuvieron Gengis Khan y sus parientes son los hijos que no tuvieron otros hombres contemporáneos (el efecto quizá se amplificó durante varias generaciones, debido a la estratificación social duradera entre las sociedades socialmente complejas).
    A un plazo de varias generaciones, el resultado en las frecuencias genéticas de cómo son elegidos los padres de la generación siguiente (¿monopolio de unos cuantos guerreros sangrientos o ricos poderosos? ¿elección de las familias entre los hombres cercanos y aliados? ¿elección de cada mujer según cualidades personales de los candidatos?) tiene que notarse.
    El estilo social, en cuanto a cosas como el igualitarismo de acceso a los recursos, el igualitarismo de elección por parte de las mujeres, el ámbito de cónyuges posibles, la natalidad más o menos voluntaria, el apoyo social a las madres o su dependencia mayor del padre, tienen seguramente que tener también consecuencias en cuanto a quienes son los que dejan sus genes a la siguiente generación, y si, en lo que respecta a los hombres, hay un «reparto» o un «acaparamiento».
    De lo que vendría a resultar que la vía de la influencia entre «la naturaleza» y «la cultura» es un camino de dos direcciones.
    Y que sigue vigente. Eso creo.

  14. Quizá el éxito reproductivo de ese buen señor no fue tal. En el libro (muy recomendable, por cierto) Ciencia para Nicolás hacen un análisis de ello y concluyen que no es más que una exageración, aun asumiendo que millones de personas son descendientes suyos. Por cierto, un blog genial.

  15. Pingback: Todos somos un poco mongoles « Francis (th)E mule Science’s News

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