¿Las chicas difíciles son más deseadas?

¿Resultan más desables las mujeres difíciles de conseguir? ¿O por el contrario, las chicas fáciles tienen más éxito?

Por un lado, muchos autores se han inclinado por la primera  idea; en palabras de Ovidio: «nadie quiere las cosas fáciles, pero lo prohibido siempre es tentador«. Naturalmente, este era el consejo estándar que nuestras abuelas daban a nuestras madres y (supongo) esto sigue ocurriendo en algunos casos.

Sin embargo, esta idea de la preferencia masculina por mujeres que se muestran inaccesibles tampoco tiene una aceptación universal.Por ejemplo, la escritora Sor Juan Inés de la Cruz pensaba que los hombres viven en una constante contradicción al respecto:

Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:

Si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por Qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

Combatís su resistencia
y luego, con gravedad
decís que fue liviedad
lo que hizo la diligencia.

Parecer quiere el denuedo
de vuestro parecer loco
al niño que pone el coco
y luego le tiene miedo.

Podríamos recorrer la Literatura con citas y opiniones al respecto, pero como este es un blog centrado en la ciencia experimental, la cuestión es: ¿alguien se ha puesto ha investigar esto? La respuesta (un tanto sorprendente) es: sí. Elaine Walster, de la Universidad de Wisconsin, USA  y colaboradores publicaron en 1973 sus resultados sobre esta cuestión.

Y como suele ocurrir en esto casos, el método experimental resulta un tanto heterodoxo. Estos investigadores convencieron a una prostituta que ejercía en un burdel de Nebraska para que jugase dos posibles roles y lo hiciera de forma aleatoria con cada cliente. En el rol nº 1, la chica sometía previamente al cliente a una «manipulación experimental» consistente en un discurso de aproximadamente un minuto acerca de ella misma del tipo «no creas que te va a resultar fácil volver a verme/ voy a  estar muy ocupada los próximos meses/ yo no le doy número de teléfono a cualquiera» y cosas por el estilo. En el rol nº 2, la chica omitía el discurso y entraba directamente en faena.

Los investigadores estimaron el interés de los clientes por la chica de varias formas: número de intentos posteriores de contacto, si dió o no dinero adicional y el grado de satisfacción expresado; la idea era ver si existían diferencias entre el  rol 1 y el 2, lo que (supuestamente) contestaría la pregunta de si las chicas difíciles eran más deseadas.

Y hubo diferencias. La hipótesis de  las chicas difíciles eran más deseadas resultó ser totalmente errónea. Aparentemente, a los clientes no les hacía demasiada gracia que la prostituta jugara el papel de inaccesible. Lo cual tiene bastante sentido y era, en realidad, fácilmente predecible.

Sin embargo, experimentos posteriores realizados con agencias de citas sugirieron que esta idea no sólo aplicaba a la relación cliente-prostituta sino también a relaciones de tipo romántico. Walster y colaboradores llegaron a la conclusión de que lo que les gusta a los hombres  son mujeres selectivamente inaccesibles, es decir, frías y distantes con otros tipos, pero fáciles y accesibles para ellos.

Pensándolo bien, esto también tiene bastante sentido.

Por desgracia, no sé de ninguna investigación que se haya centrado en las preferencias de las mujeres sobre la accesibilidad de los hombres.

Walster et al., 1973

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17 comentarios en “¿Las chicas difíciles son más deseadas?

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  2. «Por desgracia, no sé de ninguna investigación que se haya centrado en las preferencias de las mujeres sobre la accesibilidad de los hombres.»

    Jaja, la accesibilidad en los hombres va en proporción inversa al éxito que tenga con el otro sexo… y directa según la ingesta de alcohol.

    un saludo!!!

  3. Creo que primero habría que preguntarse porqué las mujeres se hacen las «difíciles de conseguir».

    Si las mujeres son en general menos promiscuas que los hombres es porque, evolutivamente, ha sido beneficioso para ellas. Vamos a remontarnos a la época de las cavernas. Hace unos ciento cincuenta mil años, hablar de una mujer promiscua equivalía a hablar de una mujer poco selectiva a la hora de procrearse, pues sexo y procreación iban indisolublemente unidos.

    Las mujeres excesivamente promiscuas tenían muchas menos probabilidades de sobrevivir y replicarse. Un equipo de genes que programase al cuerpo de la mujer en que residen para practicar sexo indiscriminado, se estaría exponiendo a muchas cosas. Por un lado, se estaría exponiendo a realizar malas alineaciones con genes de hombres pobremente cualificados, las cuales obstaculizarían alineaciones mejores. Otro riesgo sería que el hombre abandonase a la mujer a su suerte con un niño, debiendo afrontar todos los problemas que esto generaría para ella y su descendencia. Además, con cada embarazo, la mujer corre el peligro de morir.

    Por estos motivos la mujer selectiva se impuso en la evolución. Aun cuando en el pasado haya habido máquinas de replicación y supervivencia femeninas programadas para comportarse de un modo muy promiscuo, otras máquinas con programas mejor adaptados a su situación no tardarían en reemplazarlas.

    Mientras las máquinas promiscuas femeninas alineaban sus genes con los de máquinas masculinas que no ofrecían garantía alguna de calidad, ventajas especiales o de asistencia, otras máquinas más selectivas diseñaban sistemas que las ayudaban a “dar en el blanco” cada vez que usaban uno de sus cartuchos reproductivos. Estos sistemas de selección les proporcionaban una cierta seguridad de que las máquinas masculinas con que se apareaban contaban con buenos genes. Paralelamente, también hacían más probable el que aquellas seleccionadas contasen con recursos adicionales y estuviesen
    además dispuestas a asistirlas durante el difícil periodo de la cría de su progenie.

    No hace falta devanarse los sesos para darse cuenta de cuál de los dos programas femeninos podría, a la larga, garantizar el mayor número posible de excelentes alineaciones de sus genes. Tarde o temprano, aquellos genes que programasen a sus mujeres para ser selectivas acabarían imponiéndose a aquellos que promovían el sexo indiscriminado.

    El resultado a la larga de esto resulta palpable hoy en día: las mujeres actuales no descienden de las mujeres que fueron proclives al sexo libre con cualquier hombre.

    Por otro lado ¿Les interesa a los hombres una mujer poco selectiva? Para una simple «aventura», es posible que si. Pero para una relación seria la cosa cambia bastante, pues les haría correr el peligro de cuidar y asistir a hijos que no son suyos. Si una mujer se acuesta con cualquiera, cuando el hombre se vaya a cazar, va a permitir que otros le hagan un bombo. Y esto es una de las cosas más perjudiciales para los genes de un hombre: trabajar para los de un rival.

    Resumiendo. En la época de las cavernas, los hombres no querían ir a cazar para una mujer que estaba gestando el hijo de otro o para el hijo de otro, pues ahora es exactamente lo mismo. No las quieren fáciles y poco selectivas, porque si una mujer es fácil con él, también podrá serlo para otro. Además, el hombre no se sentirá especial por haberla conseguido (¿qué mérito tiene, después de todo?) y, por tanto, tampoco se sentirá particularmente valorado por ella (¿acaso no se habría conformado ella con el primero que la aceptase, sea especial o no?), cosa que lo arrastrará hacia una autoestima baja. Y ¿qué pasa si él no se valora? Pues que tampoco la valorará a ella ni, en general, nada de lo que pueda conseguir. Evidentemente, este círculo vicioso no es el caldo de cultivo ideal para una relación.

    Saludos

  4. El comentario anterior está basado en los seminarios y en el libro «Sex Code» de Mario Luna, que a su vez se alimenta de otras obras, como «El Gen Egoísta» de Richard Dawkins.

  5. Efectivamente, Dorian, tu comentario tiene el sello de Dawkins. Naturalmente, no me opongo a analizar la conducta humana desde un punto de vista evolutivo (todo lo contrario) pero conviene recordar, de vez en cuando, el peligro de confundir especulaciones razonables con hechos probados. La explicación que das, en linea con los libros de Dawkins, me parece plausible, pero para probar más allá de toda duda necesitaríamos identificar los genes responsables y analizar cuándo surgieron en la evolución y si han sido objeto de selección positiva. En el caso que nos ocupa las hipótesis son:
    1) Las mujeres son menos promiscuas
    2) esta diferencia tiene una base genética.
    3) Los genes responsables conducen a un aumento de fitness en mujeres (y posiblemente a una disminución en hombres) por lo que fueron seleccionados.
    En mi opinión, el punto 1) está bastante bien probado; el 2) es posible pero no está demostrado y el 3) es una hipótesis razonable.
    Tu línea de razonamiento debería incorporar un par de cosas más, tales como: 1) existen grandes diferencias entre culturas distintas en cuanto al grado de promiscuidad femenina; 2) en la mayoría de las sociedades de cazadores-recolectores las mujeres obtienen más calorías mediante recolección (80%) que los hombres con la caza (20%).
    Insisto en que yo no pienso que tu razonamiento (o de Dawkins) sea fundamentalmente equivocado, sólo que va un poco más lejos de lo que permiten los datos.

    Dawkins es un ejemplo de radicalismo seleccionista. La selección existe y es la fuerza esencial en la evolución pero azar también importa.

  6. Pff, no me parece muy elegante tener que recurrir a una explicación tan… evolucionista?; el problema más grande del darwinismo es que, con imaginación, se puede encontrar ventajas a lo que sea, incluso a la supuesta falta de promiscuidad de las mujeres…

    No pienso que sean (biológicamente) menos promiscuas que nosotros los hombres, posiblemente se trate de un rasgo cultural, o es que les parece pertinente buscar causas hace miles de años?, cuando es evidente que las mujeres pasaron de ir a misa todos los días cubiertas de pies a cabeza a desear estar en la portada de playboy en unas cuantas décadas.

  7. Quisiera hacer un apunte sobre el argumento de Dorian. De donde ha sacado esta información: Vamos a remontarnos a la época de las cavernas […] sexo y procreación iban indisolublemente unidos. Esto en el mejor de los casos és tan solo una hipòtesis, y por cierto el hombre de las cavernas o hombre de cromañon era un sapiens como todos nosotros.
    Si en los bonobos actuales el sexo no esta ligado a la reproducció no veo ningún impedimento en hipotetizar un escenario similar para las formas australopitecinas (si no en todas quizás en algunas). El sexo como herramienta social és usada hoy en dia en muchas culturas (humanas o no) y por ello cabe pensar que pudo ocurrir lo mismo en un pasado.

  8. Dorian, la argumentación que das es una versión más moderna de otra anterior menos razonada: las mujeres priorizaron las relaciones sexuales monógamas para garantizar la supervivencia de sus hijos. Ambas se basan en la misma idea, la supuesta dependencia de las mujeres adultas para su supervivencia del comportamiento de los hombres adultos. Pablo ya te ha explicado cómo esto es probablemente incierto en lo relativo a la búsqueda de alimento. Si pensamos en la protección de las criaturas frente a grandes predadores, es más que posible que fuesen hombres los que se encontrasen en la primera línea de defensa, pero de poco serviría un solo hombre; haría falta la fuerza del grupo. Es probable que la selección natural haya favorecido más a los grupos que a los individuos. Es una verdad de Perogrullo que los grupos que consiguieron garantizar una mayor supervivencia de sus miembros dejaron mayor descendencia. ¿De qué le sirve a cualquier madre depender de un hombre cuya desaparición conlleve la de toda su familia? ¿Qué madre con hijos lograría sustituir a su pareja por otra? El grupo puede hacerse cargo de las criaturas que hayan perdido a su madre; puede superar la pérdida de hombres o mujeres insustituibles mediante su incorporación a otro grupo mayor… Estos son recursos conocidos y habituales; nosotros no somos leones que precisen eliminar los cachorros de los demás machos.

    ¿No te parece que otra posible explicación de la ampliación de la disponibilidad sexual de la mujer a periodos no fértiles podría ser el tener sujetos a los hombres sin necesidad de tener descendencia con ellos? El que no corra a proteger a los críos cuando se acerca el oso, se queda sin follar.

  9. a mi parecer el experimento que se describe es en efecto, muy poco ortodoxo, y me gustaría saber más de la validez del mismo, pero dejando de lado ese asunto, considero que hay diferentes variables que podrían incluirse en un estudio al respecto, y variables que en diferente grado podrían infuir o haber influido en determinado momento en el comportameinto sexual de las féminas actuales y de antaño. Me llama la atención que la entrada es: «¿Las chicas difíciles son más deseadas?… cuando en la población de mamíferos por o general los machos desean a todas las hembras, siendo las hembras las que elien al macho con el que se aparean. Pasando de esto, los machos tienen mayor probabilidad de reproducción al poder esparcir su semillita en cada hembra, y podrían fertilizar a varias hembras en unas horas, sin embargo las hembras tienen periodos de fertilidad que precisan de la fecundación en momenots específicos, por lo que puede suponerse que ha de ser selectiva con el macho que la fecunde, pues tiene menos oportunidades de generar prole que los machos. Por otro lado hay estudios que sugieren que el tamaño de los testiculos del macho son inversamente proporcionales a la fidelidad de las hembras, es decir que un macho que tenga que competir con más machos por la promiscuidad de la población de las hembras tiende a desarrollar testículos más grandes que puedan producir más esperma como una medida para mejorar las probabilidades de supervivencia de sus genes, no así los machos cuyas hembras son menos promiscuas, desarrollando éstos testículos de menor tamaño. Por otro lado, el asunto sociocultural también ha de tomarse en ceunta, pues el comportamiento podría ser diferente en una sociedad machista y conservadora que en una abierta y liberal, (indígenas, islámicos, orientales, europeos, africanos, etc). Me parece un tema muy amplio e interesante donde las variables biológicas, genéticas, culturales etc. juegan un papel importante en las conclusiones del estudio…pues al haber experimentado con prostitutas se hab´ra considerado que el hombre que busca a una prsotituta está buscando sexo y placer y obvio le resultaría molesto eso de «hacerse la difícil»…pero qué pasa cuando va por ahí en plan de conquista… buscando un apareja estable… o que´si busca sólo sexo ocasional pero busca a las más bonita de la fiesta?… en fin el estudio que se coemnta es muy limitado a mi parecer para poder concluir algo.
    Saludos desde México!

  10. Hombre, que si una prostituta me viene con el discurso de que «soy muy dificil», la mando a la m antes de «contratar» sus servicios. No me parece que haya mucho sentido comun en sacar conclusiones de un experimento que considera una relacion cliente-prostituta como lo mismo que una hombre-mujer.

  11. A las mujeres promiscuias no las quieren los hombres para nada serio; no las tomaran en cuenta para celebrar el dia de los enamorados, ni sus cumpleanos, ni para llevarlas a conocer a sus familias,ni para celebrar un aniversario, ni para cuidarlas, ni para preocuparse por ellas si se enferman, ni para quererlas, ni para protegerlas, ni estar pendiente de sus gastos personales, ni para tener un bebe con ellas, ni hacerle un regalo por amor, ni para celebrar navidad ni fin de año, entonces de que vale ser una chica facil si no vas a tener amor, y no te van a tomar como alquien importante,

  12. patead el trasero a un hombre, dejadlo plantado y no deis explicacion algununa, y tendreis todo su sueldo de fin de mes a vuestra disposicion y su eterna gratitud, es biologico.

  13. La mujer, igual que los restantes mamiferos hembra, solamente desea trato sexual con un macho los dias que está ovulando, que son unos 2 o 3 dias al mes, y eso hasta los 45 años en que dejan de ovular. Cuando no ovula puede sentir afecto a varon u obligacion de permitirle el trato sexual, pero a ella no la gusta, en realidad la repugna esos dias, el trato sexual lo ve sucio esos dias en que no ovula. La mujer es bisexual, y goza de tener relaciones sexuales sin penetracion logicamente con otras mujeres. La opcion es que le varon se camufle de mujer -dejandose melena, duchandose intensamente pra no oler a varon y tenga actividades lesbicas con la mujer como excitarla clitoris con lengua; el copular molestará a la mujer pero el resto, si no lo capta como varon sino como mujer, será aceptado-

  14. Yo no conquisto ni le insisto a nadie, mi filosofia es me quieren o no me quieren y punto, es asi de simple.
    La mujer que le gusta que le rueguen solo es para que le alimenten su sobervia y vanidad y mejor que sea clara y que si se da a rogar es porque el pretendiente no le atrae es asi de sencillo.

  15. No soy ningun mendigo de amor, no me gustan las mujeres dificiles, mi mentalidad es que si yo le intereso a una mujer en realidad no es necesario tener que conquistarla ya se ha comprobado que esas mujeres que dicen ser las muy dificiles cuando llega un tipo con un lamburguini impresionandolas ellas mismas piden ir en ese carrro, asi que eso de que la mujer dificil es la que mas vale es un mito que nos decian nuestros abuelitos.

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