Voulez-Vous Coucher Avec Moi (Ce Soir?): El extraño experimento de Clark & Hatfield

A finales de los ochenta los psicólogos R. Clark y E. Hatfield [1]realizaron un experimento muy poco convencional. Contrataron a una serie de jóvenes con notable atractivo físico (chicos y chicas) con la misión de pasearse por un campus universitario y, de forma aleatoria, abordar a un desconocido/a y decirle: ‘te encuentro muy atractivo/a’, y después una de las siguientes frases: 1) ‘¿quieres quedar conmigo esta noche?; 2) ‘¿quieres venir a mi apartamento esta noche?; o 3) ‘¿quieres acostarte conmigo esta noche?’. Naturalmente, el propósito consistía en estudiar si los hombres y las mujeres respondían de forma distinta a las tres preguntas. Y por supuesto, así fue. Más o menos el 50% en ambos casos respondió afirmativamente a la primera. En la segunda, sólo el 6% de las chicas dijeron que sí, frente al 69% de los chicos. En la tercera pregunta las diferencias fueron abismales: ninguna de las mujeres aceptó la proposición, frente al 75% de los hombres. Lo más gracioso es que el 25% de los chicos que se negaron a semejante proposición parecían muy ‘cortados’ y balbucearon excusas. El experimento se repitió en diversos campus con resultados semejantes. Los autores concluyen que los hombres son más proclives a tener relaciones sexuales a corto plazo. En cierto modo este experimento va a contracorriente; lo normal es que los científicos se esfuercen en averiguar cosas que nadie conoce y en este caso el objetivo era demostrar algo que todo el mundo sabe. Tenemos toneladas de evidencia anecdótica al respecto: los hombres son más promiscuos y menos selectivos que las mujeres. Reconozco que esto último es un tópico, pero considero que el tratamiento correcto con respecto a los tópicos consiste en no creer que son necesariamente ciertos, ni tampoco necesariamente falsos. Supongo que la razón de este pintoresco experimento era justamente obtener una evidencia experimental y cuantitativa sobre el tema, o sea el tipo de resultado que uno puede publicar en una revista científica. Admitiendo que el experimento estaba justificado, creo que la metodología tal vez no sea tan adecuada como parece. Es posible que las personas entrevistadas estuvieran tratando de defender su ‘reputación’. Después de todo, el comportamiento de los atractivos experimentadores resultaba inusual; así, los entrevistados debían estar preguntándose de qué iba el asunto. Por ejemplo, se me ocurre que los hombres podían pensar que se trataba de una broma de sus amigos o de un programa de cámara oculta o de una ‘trampa’ organizada por su esposa. Imagino que al entrevistado podía preocuparle que su novia se enterase de que había aceptado la proposición o (aun peor) que sus amigos se enterasen de que no la había aceptado.

No obstante, otros estudios confirman la idea de que los hombres tienen mayor interés por las relaciones de corto plazo. Por ejemplo, Buss y sus colaboradores abordaron la cuestión haciendo un gran número de entrevistas a estudiantes universitarios en Estados Unidos[2].  En todos los casos, los hombres manifestaron un mayor deseo por mantener relaciones de ‘una noche’ y por tener mayor número de compañeras sexuales. Para ellos, la media del número ideal de amantes en un año era de seis y para ellas, dos. Cuando se preguntaba por el mínimo tiempo de relación previa necesario para considerar la posibilidad de tener relaciones sexuales (con personas consideradas como atractivas) ambos grupos dieron respuestas muy diferentes. Para las mujeres, la media era un tiempo mínimo de seis meses, mientras que para los hombres fue de una semana. Hay que señalar que para los hombres, un tiempo de relación previa tan corto como una hora fue considerado como ligeramente inhibitorio; es decir, el factor tiempo disminuía algo, pero no mucho, las posibilidades de que estuvieran dispuestos a practicar el sexo con una pareja atractiva. En cambio, la mayoría de las mujeres manifestó una clara repulsa a acostarse con cualquier individuo si la relación previa era menor de una semana. En cualquier caso, creo que no necesitamos una publicación científica para aceptar que los hombres tienen más interés por el sexo rápido y por un mayor número de compañeras sexuales. El hecho de que los consumidores de ‘servicios sexuales’ y pornografía sean mayoritariamente hombres constituye una prueba abrumadora en este sentido. No estoy negando que las mujeres puedan comprar favores sexuales en ocasiones, pero es evidente que lo hacen en una proporción mucho menor que los hombres.

Esta diferencia es concordante con la conducta de apareamiento de la mayoría de las restantes especies de mamíferos, lo que sugiere una base biológica para esta diferencia. Es posible, sin embargo, que esta diferencia se deba exclusivamente al condicionamiento cultural y que desaparezca a medida que dicho condicionamiento diferencial termine. Veremos.


[1] Clark, R.D. and Hatfield, E. (1989) “Gender differences in recepeptivity to sexual offers” Journal of Psychology and Human Sexuality 2:39-55

[2] Buss, D.M. and Schmitt, D.P. (1993) “Sexual strategies theory: an evolutionary perspective on human mating” Psychological Review 100:204-232

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22 comentarios en “Voulez-Vous Coucher Avec Moi (Ce Soir?): El extraño experimento de Clark & Hatfield

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  2. No tiene nada que ver con el condicionamiento cultural hombre, es un hecho biológico, un hecho que se conoce desde hace años y que atraviesa a todas las culturas. No obstante el experimento que señalas es bastante burdo porque es lógico que las mujeres -que sienten el sexo con desconocidos como una amenaza- respondan con un no a la invitación. La proporción de mujeres que están disponibles para el sexo a corto plazo es menor que el de los hombres pero no es igual a 0. Hubiera preferido que el experimento en lugar de una proposicion tan explicita hubiera contenido algun anzuelo o engaño. ¿no es eso lo que solemos hacer los hombres en nuestro habitat natural?
    Lo he viralizado en facebook, tu articulo digo.

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  4. Hola pacotraver,
    A mi me parece muy probable que este comportamiento diferencial tenga un base biológica, pero no me parece que eso esté demostrado fuera de toda duda; por lo que creo que lo lógico es mantener una mentalidad abierta al respecto.
    Salu2

  5. Interesante experimento. En términos biológicos, las diferencias de comportamiento entre los hombres y las mujeres se da por estrategia diferenciadas en la optimización de los recursos reproductivos. El macho tiene millones de espermatozoides, por lo que la mejor inversión es desperdigarlos por donde pueda, diversificando las probabilidades de aparear en cuanta hembra pueda. Las mujeres, en cambio, en tanto hembras, poseen sólo 600 óvulos en toda sus vidas, por lo que deben atender «cautelosamente» en dónde serán invertidos.

  6. El tiempo dirá qué parte tiene una base biológica y en qué proporción estadística de los(as) individuos. …Quizá.
    Pero el experimento parece burdo y mal diseñado. No aisla variables como la precaución que las mujeres tienen en general frente a desconocidos que evidentemente las superan en fuerza física. Y eso es independiente de que les apeteciera tener sexo con ellos, caso de que sintieran suficiente seguridad.
    Tampoco aisla variables como las expectativas sociales. Por regla general, y por muy liberal que se suponga que es el entorno, la reputación de las mujeres se ve perjudicada por la imagen de estar dispuestas al sexo en tales condiciones. Es indicativo que dos preguntas prácticamente iguales obtengan resultados diferentes si una es hecha de forma más ambigua o eufemística, lo que se puede interpretar por parte de la interpelada como más respetuosa (sin apariencia de despectiva).

    En dos ocasiones recientes he tenido conversaciones con amigos(as) que tienen contacto habitual con adolescentes chicas. Su (escandalizada) opinión es que las adolescentes de ahora son tan promiscuas como los chicos, y casi tan francas en solicitar como ellos. No creo que sea cierto, o no de modo general (o sea, para casi todas las adolescentes) pero sí parece indudable que el promedio del comportamiento puede cambiar por el cambio de actitudes sociales, bastante deprisa o bastante drásticamente (más despacito ya se vio también como cambiaba en las dos últimas generaciones) . Eso es prueba de que, aunque haya una base biológica, no lo es todo ni mucho menos.
    Lo más gracioso es que los amigos hombres que me lo comentaban parecían simulaneamente envidiosos («quien lo hubiera pillado a su edad») y desaprobadores respecto a las chicas (no a los chicos) que solicitaban abiertamente y/o tenían muchas parejas.
    En vista de eso, la pretensión de deslindar la base biológica y tal es bastante dificil: La base social ya establece una gran diferencia, aunque de boquilla sea igualitaria.

  7. Mencionas la cultura al final del artículo cómo si fuera cosa baladí.
    ¿Acaso no vivimos en una cultura en la que se nos educa y socializa de forma diferente según el sexo? Sin embargo, todos los comentarios están más o menos de acuerdo en aceptar que es una cuestión biológica. Es decir, aceptamos que somos diferentes «por naturaleza» hasta que se demuestre lo contrario, podriamos también hacer lo contrario, aceptar que somos iguales hasta que se demuestre lo contrario.
    Si se leen atentamente los comentarios están llenos de connotaciones diferenciales según el sexo. Por ejemplo, hacer una proposión explicitamente sexual a una mujer, es despectivo. Me imagino que para un hombre, es una especie de halago. ¿Esto quién lo dice? ¿los genes? ¿la madre naturaleza? ¿la selección natural?…
    ¡ah! por cierto, la forma más eficaz de garantizar la continuidad de la especie es que una hembra sea cubierta por muchos machos. ¿qué tenemos que seleccionar a quién entregamos nuestros escasos y valiosos óvulos? tengo entendido que de eso os encargais entre vosotros.
    Propongo, como investigación, en referencia a esa cuestión final, educar transmitiendo que la sexualidad es la forma de situarse en el mundo en tanto que mujer u hombre, que existen tantos modos de ser mujer u hombre como personas, que es una dimensión importántisima de la persona que podemos desarrollar libremente respetando a los demás y haciéndolo de forma consciente y responsable. A ver cual es el resultado. A lo mejor nos sorprende.

  8. Hola Pedagoga,
    En absoluto creo que la cultura sea algo baladí. Es evidente que la naturaleza humana es muy maleable, pero no infinitamente maleable, como suele afirmarse (implícitamente) desde las ciencias sociales. Si una conducta es congruente con las Biología Evolutiva y ocurre en la mayoría (o todas) las culturas humanas, pensar que tiene una base biológica es bastante razonable. Por supuesto, para demostrarlo fuera de toda duda es bastante difícil y es posible que no la cuestión no se resuelva nunca. Por supuesto, esto tb aplica a la afirmación contraria (toda la conducta es explicable por condicionamientos culturales). En el caso concreto de este post, ya digo que prefiero mantener una mentalidad abierta.

    Por cierto:en muchas especies de mamíferos (y otros grupos de animales), las decisiones de apareamiento las toman las hembras.
    En cuanto a connotaciones sobre qué es bueno o malo, desde un punto de vista moral, me niego a entrar (en este caso).
    Entiendo que el último párrafo es una afirmación de valores (igualdad de sexos) con el que estoy naturalmente de acuerdo; pero eso no es una propuesta de investigación.

  9. Hola,
    Estoy de acuerdo en todo.
    Simplemente quiero decir, e invitar a la reflexión sobre un par de cosas.
    Efectivamente, no se puede afirmar con total seguridad que estas diferencias en los comportamientos sexuales, se deban a causas biológicas o culturales. Sin embargo, hay una tendencia a posicionarnos en la primera. No creo que se pueda obviar la relación que tiene esta idea extendida, con el hecho de que vivimos en una sociedad, como mínimo, con grandes lastres machistas. Esta teoría sirve para disculpar la promiscuidad de los hombres y para transmitir a las mujeres un modelo de recato y fidelidad a su pareja. ¡Vamos, que es una jugada redonda!
    Constantemente oigo que somos así por naturaleza, y ya se sabe, una verdad es una mentira repetida muchas veces y, llegados a este punto, yo no sé si es un análisis de la realidad o la causa.

  10. Pedagoga,
    De acuerdo, los lastres machistas existen pero en algunas sociedades han disminuido mucho. Evidentemente, el condicionamiento diferencial es mayor en Afganistan que en Suecia (p.e.) Este cambio ofrece una ventana para estudiar el fenómeno.

    Hay gente que se posiciona a priori por las explicaciones «biologicistas» y gente que lo hace los las «culturalistas». Habría que intentar no posicionarse a priori. Por supuesto, la evidencia es muy resbaladiza.

    Salu2

  11. En un tema como éste, es difícil separar las cuestiones biológicas de las culturales. En cualquier caso, el diseño del experimento no es muy bueno que digamos.

  12. De acuerdo, sin embargo para el desarrollo de tal conducta debe de haber algunos cuantos factores; como si hablaramos del DSM IV como una vison estadistica, para llegar a tener un trastorno de la peronalidas se necesita de ciertos factores.
    para que el hombre se comporte de una manera o la mujer de otra, se necesita de factores como: Factor biologico, Factor Cultural, Factor educacional, Factor social como indices de influencia para el desarrollo de tal conducta.

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  14. Simplificando. Imaginemos un gráfico de dos dimensiones. En ordenadas: intensidad del deseo de obtener un orgasmo. En abscisas: tiempo -en edades de procreación-.
    En el hombre es lineal y puede ser: alto, medio o bajo.
    En la mujer es senoidal por motivos fisiológicos y su nivel promedio puede ser: alto, medio o bajo.
    Mi conjetura es que el pico máximo de la mujer de nivel alto será siempre mayor que el nivel alto del hombre. Pienso en la entrañable Ava G.

  15. Abundando en lo que dice Pedagoga, hay que decir que los tópicos supuestamente evolucionistas parecen a menudo meras justificaciones de conveniencia cultural.
    Por ejemplo, es frecuente un razonamiento simplista como el siguiente: al macho de la especie le conviene dejar por ahí su simiente cuanto más mejor, puesto que le sale gratis y así más posibilidades de transmitir sus genes. A al hembra de la especie, en cambio, le conviene la monogamia, porque le interesa seleccionar la pareja de sus escasos y valiosos óvulos y conseguir una pareja estable, motivada por la certeza de la paternidad, que le ayude con la costosa crianza.
    Oiga, pues no es así. Planteando las cosas así de simplificadas y utilitarista-davinianas, lo que le conviene a la hembra de la especie es tener un padre diferente para cada hijo (salvo que todas las parejas posibles menos una sea muy inferiores a esa una). También conseguir cuantos más posibles padres mejor para colaborar en la crianza, o si solo convence a uno, engañarle concienzudamente por el bien de sus genes.

    No digo que yo defienda esto, ni como razonamiento científico ni como norma moral. Solo quiero mostrar cómo un razonamiento presuntamente de-psicología-evolutiva puede ser (y a menudo es) una justificacion ad-hoc para la propia opinión o para la norma social, y por lo tanto, ni siquiera consistente en sí mismo.

  16. Hola Aloe,
    Estoy de acuerdo en que los «razonamientos» no tienen -en general- carácter probatorio, independientemente de que tengan o no una agenda oculta. Sin embargo, la cuestión de la conducta reproductiva puede ser ( y es) objeto de un estudio serio en muchas especies (incluida la nuestra). Aunque, para empezar, conviene referirse a especies concretas.
    Que a los machos les «interesa» la promiscuidad más que a las hembras (lo que se conoce como Principio de Bateman) es algo que se ha comprobado en muchas especies. En las que existen cuidados parentales, a las hembras les interesa que los machos empleen dichos cuidados en su descendencia, pero eso no quiere decir que les interese la monogamia en sí, sino más bien tener una pareja «oficial» (que contribuya al cuidado) y además aparearse con machos con la mejor dotación genética posible (inferida a través del fenotipo). En las aves nidificantes, que son el paradigma de los cuidados parentales, es (relativamente) frecuente que el macho tenga tenga más de un nido (si puede) y también que el padre biológico de la camada no sea el mismo macho que contribuye a alimentar a los polluelos. En casos contados (p.e. las jacanas) las hembras han conseguido traspasar casi todos los cuidados a los machos y ellas se limitan a poner huevos y a defender su harén (lo que no es poco).
    En nuestra especie, la existencia de condicionamientos culturales hace las cosas un poco más complicadas. En mi opinión, la evidencia (anecdótica y experimental) concuerda con la hipótesis de un mayor interés de los hombres por las relaciones casuales; no obstante, creo que las sociedades (al menos algunas) están evolucionando hacia una mayor igualdad de géneros y me parece interesante saber hacia dónde irá la cosa. Si tuviera que apostar, diría que las mujeres seguirán prefiriendo estrategias de largo plazo en mayor medida que los hombres. No obstante, mantengo una mentalidad abierta al respecto.
    Salu2

  17. Pablo, tu comentario me parece sensato, no me refería a opiniones como la tuya. Tampoco a «agendas ocultas», sino a esa tendencia bien conocida de considerar lo que nos parece «normal» como lo «natural». Ahora se llama psicología evolutiva y antes simplemente «la Naturaleza», pero la falacia naturalista y la consideracion de lo que nos rodea como lo único «natural» son más viejas que las montañas.
    Todo lo que dices de las aves nidificantes o de otros animales me parece muy lógico y muy bien. Lo que yo no me creo (y lo he pensado bastante) es que la especie humana tenga un modelo animal, en este aspecto concreto, que se pueda aplicar por analogía.
    En la especie humana, el padre puede, o no, colaborar en la crianza.
    O puede colaborar en grado importante, o poco importante.
    Puede ser imprescindible, o innecesario, o cualquier grado intermedio.
    La paternidad puede estar socialmente instituida, o ser desconocida.
    … Todo ello dependiendo del caso concreto y, en gran medida, de la cultura concreta.
    Y, como todo, eso también está en nuestra biología, quiero deci: el hecho de que en gran medida dependa de la cultura y del caso, es permitido, por así decirlo, o fomentado, por nuestros genes.

    Es muy posible, e incluso muy probable, que por término medio (cautela estadística que se suele olvidar en muchas de las discusiones sobre diferencias entre varones y mujeres, ya lo discutimos a alguna otra ocasión, creo) haya una mayor tendencia de los hombres a las relaciones casuales o múltiples, como bien dices. Pero eso no es, en sí mismo, más que una pequeña pieza de un rompecabezas mucho mayor, creo yo, no un modelo completo.
    No hay, hoy por hoy, y que yo sepa, un modelo satisfactorio que explique la conducta sexual y reproductiva de los humanos, y no hay ninguna otra especie de la que tomarlo.
    Yo creo que tiene aspectos de varios modelos animales, y no se ajusta del todo a ninguno. También creo que en nuestra historia evolutiva debe estar la explicación de eso: pero porque esa historia incluye la cultura y el comportamiento social sofisticado desde hace cientos de miles de años.

  18. Hola Aloe,
    De acuerdo en todo. Cierto que no existe una especie modelo adecuada para estudiar la conducta humana, particularmente en los que se refiere al sexo. Sin embargo, diría que si nos limitamos a los cazadores-recolectores, la mayoría de las sociedades son monógamas o moderadamente polígamas y en la mayoría hay alguna forma de matrimonio/paternidad instituida socialmente; y en general, los padres invierten algunos recursos en la crianza (comida, educación, defensa). Por supuesto, hay excepciones. Es una pena que no hayan sobrevivido los neanderthales.

  19. Teniendo en cuenta nuestra capacidad para la xenofobia, es más bien una suerte. Desgraciadamente.

    Tus ultimas afirmaciones me parecen suficientemente vagas para ser aceptables, pero por lo mismo de poca utilidad.

  20. Yo no dudo de la base biologicas de conducta humana, pero psycologias evolutiva y su antesesoras no importa cuantas veces le oportunidad, deja con dudas y desecines. como socilogos no se raro la acusación reducinistas y eternalistas. La caracteriticas flexibilidad en el ser humano se yevado al extremo por evolución biologicas, Cuando encuentras caso de estudios de Kamala y Amala; y Ramu, niños humanos criados lobos aquirieron su conductas en forma significativas. si pone enduda muchos principios de disiplinas. la mente no puede ser tabla raza, in cluso para disco duro virgen funcines requiere programación minima. Pero des planta PE, cra muchas dificultades ya que culturas y politica pasa por los mismo campos morficos. No creo ejemplificar la conducta huama con los animales la adecuadas no esta en el promedio, sino en extremos curva de campanas. La PE no considera sus propio conocimientos es generada una socidad dada. bajo teorias de conocimientos dibersos indica cada culturas cra disitntos conocimientos no puede considera como verdad. Viendo donde la teorias de socidad ejemonicas quiere mantener el esta quo, quisas lo niegen pero muchas afimacines indican lo contrario.
    una de mis dudas como las embras escogen los genes mas acto en caso de mutacines ya que cualquie mutación ventajosas, ya si seguimo elementos de la esteticas simetrias tenemos probles cambios pequeños ase atrativos al macho nueva caracteriticas adactativas.

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